sábado, 7 de noviembre de 2009

Capítulo II. El auge: el modelo agroexportador (1860-1930)

“Desde las últimas décadas del siglo XIX, el librecambio y la apertura incondicional al capital extranjero constituyeron la visión del mundo, el pensamiento único predominante, que sustento la estrategia del modelo primario exportador: comercio inmigrantes y capitales” (Ferrer, 1963, pág. 176)
A lo largo de este período, Argentina experimento un cambio radical respecto al ámbito económico: se comenzó a dejar de lado la vieja y precaria economía colonial para dar paso a un nuevo tipo de desarrollo mediante el modelo agroexportador. Este se lo denomina mas comúnmente como la “economía primaria exportadora”. El nombre describe en pocas palabras a que se debe el desarrollo económico del país: es “primaria” porque corresponde al sector mas importante de la producción nacional; es lo que se dedica a producir el país para subsistir, en este caso, la producción agropecuaria; mientras que “exportadora” se debe a que la comercialización de estos productos es elemento impulsor del crecimiento en este período. En otras palabras, la exportación de productos agropecuarios es lo que mantiene a Argentina funcionando como un motor. El desarrollo de esta nueva economía primaria exportadora esta íntimamente ligada no solo al protagonismo de Inglaterra como potencia mundial, sino también a la influencia de la Revolución Industrial y a su integración en el mercado mundial como exportadora de materias primas y alimentos.
Durante fines del siglo y comienzos de siglo XX, el país estaba siendo influenciado por los cambios desarrollados tanto en la primera como en la segunda Revolución Industrial. La transformación radical que realizo fue la expansión del capitalismo como modo de producción a escala mundial. La primera Revolución Industrial se dio a fines del siglo XVIII y a principios del siglo XIX, donde Inglaterra fue el primero en sentir estas transformaciones, no obstante, también la revolución provoco importantes alteraciones en los distintos países del mundo, entre ellos argentina. Se comenzó a fomentar la producción de hierro, a reemplazarse la producción manual por la industria y la manufactura, hubo cambios en la agricultura, en la población y en los medios de transporte (se desarrollaron los ferrocarriles y las maquinas a vapor para una mejor comercialización). En la Segunda Revolución Industrial, más correspondiente a esta época, se enfocó el uso de petróleo y electricidad, la producción en masa de bienes de consumo, se desarrollo tanto el cine, como la creación del teléfono y la comercialización del automóvil.

El desarrollo nacional se debe, por un lado, a las altas tasas de inversiones que realiza Inglaterra en aquellos países a los que denomina “espacios abiertos”, entre ellos, Argentina, ya que constituye uno de los principales centros de atracción no solo del flujo migratorio, sino también de el movimiento de capitales extranjeros por sus propensa capacidad de desarrollar actividades agropecuarias. (PIE DE PAGINA). Los países europeos, principalmente, Inglaterra, utilizaban tres líneas de acción: primero, buscan regiones donde las fuentes de materia prima y alimentos sean muy altas; segundo, penetran en sus mercados internos, además de comprarles sus alimentos y abasteciéndolos de productos maunfacturados; finalmente, invierte capital en las mismas, canalizan el capital para lograr un mayor rendimiento. Por lo general, estas inversiones consisten en préstamos a los gobiernos de escasa población y amplios recursos, con el objetivo de satisfacer y posibilitarles la oportunidad de cumplir un rol en el mercado externo: transformarse en exportadores de productos primarios. Esto ocurrió con Argentina, y la mayor parte de estos capitales fueron utilizados para servicios públicos, infraestructura, comercio, finanzas, actividades agrícolas, mineras y medios de transporte. La instalación de la red ferroviaria, financiada en su mayoría por capital extranjero, fue uno de los fundamentales cambios de infraestructura y mejora de la comunicación interna del país. En años previos, la integración física era muy deficiente ya que existían muy pocas redes ferroviarias que conectaran las distintas regiones del país. Gracias a los capitales extranjeros, progreso la comunicación interna.

Asimismo, el flujo de corrientes migratorias en el país también tuvieron mucha importancia en el proceso de formación de la economía primaria exportadora. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la región Argentina estaba constituída no solo por un vasto territorio, sino también por un escasa cantidad de mano de obra; es decir, había muy poca gente en proporción al territorio. Después de la “Campaña del Desierto”, dirigida por Julio A. Roca, el país no solo había consolidado la frontera con la Patagonia, sino que también se habían sumado nuevas tierras al territorio nacional, que estaban siendo ocupadas previamente por los indios, por lo que las extensiones de tierras fueron mayores. Era tal la diferencia de proporción, que la escases de habitantes se tornó en un problema grave para el país, por la falta de mano de obra, en especial, para las zonas rurales. De esta forma, se comenzó a fomentar la inmigración; afortunadamente, muchos extranjeros se vieron atraídos, y durante este período, la migración creció enormemente. Mientras que en 1869, os extranjeros constituían el 12,1% de la población, en 1914 pasaron a formar el 30,3% de la población total del país. Esto se debe a que muchas de las personas que llegaban, solo venían para trabajar y luego de juntar suficiente capital, regresaban a su país natal; otros decidían instalarse en Argentina y no volver, hasta hubo personas que trabajaban para pagarle el pasaje a su familia. Esto se debía a que había una extensa diferencia de salarios y a las oportunidades sociales a las que estaban expuestos los inmigrantes en Argentina. La mayor parte de los inmigrantes provenían de las zonas rurales de Europa ya que, tras la revolución Industrial, el desarrollo del campo perdió importancia y comenzaron a trasladarse tanto a zonas rurales como a otros países; no obstante, como la mayor parte de los territorios ya estaban apropiados y la mayor parte convertidos en latifundios, muy pocos lograban obtener trabajo en el campo. Las opciones consistían alternativas de contratos de arrendamiento rural de muy corta duración o asentarse en las ciudades.

Por el otro lado, las revoluciones industriales fueron de suma importancia ya que, la producción en masa de bienes requería de un factor muy importante además de avanzada tecnología y maquinaria: materia prima. A partir de este desarrollo tecnológico, Argentina se convirtió en el mayor proveedor de materia agropecuaria en el mercado mundial. Según afirma Ferrer en su libro:

“ (…) la diversificación de las estructuras económicas europeas – particularmente la inglesa -, el desarrollo del ferrocarril, la revolución tecnológica en los navíos de navegación de ultramar y el desarrollo de las técnicas de conservación de los productos perecederos provocaron un crecimiento vertiginoso de las exportaciones de los productos agropecuarios y minerales” (1963, pág. 151)


A diferencia de la época colonial, donde estos productos eran excluidos de las exportaciones mundiales por la falta de métodos de conservación eficientes, los altos costos de los medios de transporte, la escasa diversificación tecnológica, a fines del siglo XIX, la producción agrícola y ganadera comenzó a ganar importancia en el mercado mundial. Argentina constituye uno de los principales países proveedores de estos productos gracias a sus características físicas y geográficas. (NOTA AL PIEEE). A partir de este cambio, se quiso imponer un nuevo sistema económico sobre chacras con el fin de lograr la ardua explotación de tierras pampeanas. Las chacras son una institución nueva, impulsada totalmente por un sector nuevo de la sociedad; consisten en territorios pequeños, donde el dueño vive y trabaja allí. Este nuevo sistema de chacras abre camino al desarrollo e la agroindustria y, más adelante, de la industria metalúrgica. La chacra se distingue enormemente de la estancia: esta institución es mas bien un latifundio, donde las ganancias provienen mas que nada de las rentas. Los propietarios de las mismas, por lo general, viven en grandes ciudades y tienen muchos trabajadores dentro de esta estancia. Esto posibilita la concentración de riqueza en pocas manos. Sin embargo, la presión política y económica logró imponer el modelo de estancia en el sistema económico Argentino, y como consecuencia, los inmigrantes se volcaron mas que nada al asentamiento en las ciudades.

En síntesis, se puede decir que el movimiento internacional de capitales en Argentina, las corrientes migratorias de la época, la expansión del comercio mundial, el desarrollo de la tecnología, la influencia de la Revolución Industrial y, más que nada, de Inglaterra, fueron los factores que llevaron al país a la Integración económica mundial, donde se desarrollo como un país proveedor de productos agropecuarios. La base de la economía Argentina se debe mas que nada, a la producción tanto ganadera como agropecuaria; la producción de ganado desde la época colonial consistió en el principal recurso y motor de la economía regional, y a fines del siglo XIX, comenzó a tomar importancia el gando ovino, es decir, las exportaciones de lana y carne ovina. Mientras tanto, al agricultura comenzó a tomar mas importancia y a desarrollarse de forma mas próspera y eficiente durante esta etapa, fundamentalmente la de cereales y lino. Hacia 1900, las producciones agrícolas y ganaderas se habían equiparado y en 1920, la Argentina ocupaba el primer lugar en el mercado mundial como exportadora de maíz trigo y lino, gracias al desarrollo de la maquinaria agrícola.

La integración al mercado mundial fue la que sentó las bases de la economía primaria exportadora; en otras palabras, los factores previamente enumerados y desarrollados fueron aquellos que constituyeron la bases económicas entre 1860 y 1930. Sin embargo, Argentina es un país muy dependiente con respecto al contexto internacional y eso lo convierte en un arma de doble filo, donde puede recibir severas repercusiones. Esto se ve claramente durante la Primera Guerra Mundial, donde experimentó cambios positivos como negativos: la guerra le proporcionó un aumento en la exportación de carnes congeladas a los países europeos en especial Inglaterra, su mayor comprador, mientras que EEUU, su mayor rival, había desaparecido del mercado de carne. Pero, por el otro lado, la Gran Guerra detuvo las inversiones de los países extranjeros en el país, hubo una gran crisis energética por la falta de petróleo y carbón, proveído por Inglaterra, y hubo serias dificultades con la exportación de granos. Esto generó una severa inestabilidad, ya que no estaba lista para depende de sus propios recursos.

Finalmente, con la crisis del 1929 y la Gran Depresión, la economía Argentina sufrió una gran disminución en el volumen de sus exportaciones y del ingreso de las importaciones, que perjudicó el ingreso aduanero, retrajo el consumo y disparó el aumento el desempleo. Además, produjo una fuerte desorganización de la economía mundial y a los productores de alimentos y materias primas: no solo nadie compraba los productos agropecuarios, sino que tampoco había productos industrializados disponibles en el mercado. Se produjo una estatización mundial; esto trajo, en consecuencia, cambios en la estructura económica del país. A partir de este suceso, se dejo de lado la economía primaria exportadora y se reemplazo con la sustitución de importaciones.

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